Contaminación Ambiental de los Cuerpos de Agua de Costa Rica: ¿un descuido del Estado o una costumbre del pueblo costarricense?
Aunque Costa Rica es conocida en todo el mundo por su belleza natural y su compromiso con la protección del medio ambiente, lastimosamente los cuerpos de agua del país enfrentan desafíos más que significativos en términos de contaminación.
Según el Estado de la Nación, en Costa Rica la cobertura de alcantarillado sanitario con saneamiento era de 14,4% en el año 2017, valor muy bajo en relación con la medida mundial, que es de 60%, y por su parte, el tanque séptico es el medio principal de canalización de aguas residuales (74,5%) frente al alcantarillado o la letrina (23,4%). Además de lo anterior, afirma el uso de los cuerpos de agua para el depósito de residuos genera impactos negativos en la sostenibilidad ambiental.
Pero ¿por qué resulta tan compleja la corrección de esta situación en Costa Rica? Analicemos los principales ejes del problema.
1. Presupuesto e inversión: Con respecto al tema del agua, durante muchos años Costa Rica ha invertido la mayoría de sus recursos en agua potable, dejando la componente de saneamiento en un segundo plano, con una inversión realmente escasa hasta el inicio de la construcción del alcantarillado sanitario del Área Metropolitana (entre el 2008 y el 2015), una obra de gran envergadura. No obstante no ha realizado la construcción de más infraestructura en otras ciudades importantes del país, tales como las ciudades costeras.
2. Gestión de los proyectos: Además del reducido presupuesto del país para el desarrollo de infraestructura para tratamiento de aguas residuales, una vez que se gestiona o adquiere el financiamiento o presupuesto según sea el caso (presupuesto estatal o financiamiento de entidades financieras internacionales), existen múltiples complicaciones en el proceso de gestión de los proyectos, que dificultan que estos sean ejecutados y las obras se concluyan de forma rápida y eficiente.
No es un secreto que a Costa Rica le toma largos años completar infraestructura de saneamiento; las etapas de planificación, construcción, operación y puesta en marcha de alcantarillados sanitarios son particularmente extensas y a esto contribuye el hecho de que, durante el ciclo de vida de estos proyectos prioritarios para la salud ambiental y el desarrollo sostenible del país, no existe en el gobierno una vía especial y oficial que “desentrabe” la gran cantidad de trámites administrativos, legales y técnicos que se requieren; por el contrario, estos proyectos simplemente se convierten en grandes y complejos “generadores de trabas” y problemas, que el recurso humano a cargo debe ir resolviendo, al ritmo del Estado; un Estado desarticulado que requiere múltiples mejoras en coordinación interinstitucional, y que funciona según la buena voluntad política del gobierno de turno, con lo cual la planificación de plazos de ejecución de las diferentes etapas de tales proyectos se convierten en “ideales de papel” totalmente inalcanzables, que son muy difíciles de predecir (se diseñan cronogramas que no logran reflejar una realidad tan cambiante y antojadiza a nivel de tramitología) y prácticamente imposible de cumplir.
3. Mal funcionamiento de las soluciones individuales de tratamiento de aguas residuales (tanques sépticos y sus drenajes): Esta situación tiene múltiples componentes, entre ellas:
a. Construcción de estos sistemas sin ningún tipo de permiso de parte de las autoridades reguladoras correspondientes, lo cual se traduce en mal diseño y por ende en mal funcionamiento.
b. Sistemas mal diseñados, en relación a las condiciones físicas donde fueron instalados.
c. Sistemas que aunque sí cuentan con los respectivos permisos, son modificados una vez que la construcción de la vivienda o la estructura se concluye, ¿cómo? por ejemplo: el propietario del sistema de saneamiento (tanque séptico y drenaje) desconecta y desvía las aguas residuales de mayor caudal –normalmente las aguas jabonosas-, y las conduce de forma ilegal hacia el alcantarillado pluvial –en caso de que este exista- o al cuerpo de agua más cercano, teniéndose en ambos casos como sitio de descarga final nuestros ríos y quebradas.
Por esta razón en gran parte del país se pueden observar restos de alimentos, agentes tensoactivos y espumosos, cambios de coloración, etc., en urbanizaciones, comunidades y en general en zonas pobladas que, en teoría debieron desarrollarse cumpliendo la normativa sanitaria mínima; o sea disponer de al menos su respectivo tanque séptico y drenaje, con lo cual nos preguntamos: ¿por qué desconectar las aguas jabonosas del tanque séptico y drenaje ya construido? Las razones también son varias; mal diseño del sistema; pruebas de infiltración inadecuadas; conflictos por saturación del suelo (y respectiva saturación del drenaje) a causa del inadecuado manejo de los retiros para instalación de drenajes en linderos con propiedades vecinas; por construcción de estructuras impermeabilizantes sobre el sistema de drenaje (no deben tener estructuras sobre ellos); mal uso y mantenimiento del tanque séptico y drenaje (en muchos casos los drenajes están colmatados por malas prácticas de limpieza, mantenimiento, uso de sustancias químicas que alteran la población bacteriana del sistema), etc. Esta causa presenta una fuerte componente socio-económica y cultural, la cual demanda al Estado un esfuerzo muy complejo y sistemático para ser superada.
4. Cultura local de descarte de las aguas residuales a los cuerpos de agua: Esta causa es una de las más complejas, considerando que durante décadas los costarricenses han visto a los cuerpos de agua como la solución más económica para deshacerse de sus aguas residuales; principalmente jabonosas, pero también existen casos en los que lanzan las excretas, sin ningún tipo de tratamiento. Es innegable que cada habitante de este país es responsable de gestionar sus propios residuos, sin embargo el nivel de consciencia sobre este deber ciudadano es muy variable, y sobrepasa incluso los niveles educativos de la población debido a que se ha adoptado como una costumbre.
El gran privilegio que enriquece la biodiversidad, naturaleza y paisaje de este país: cuerpos de agua bañando todo el territorio nacional, de costa a costa y de punta a punta, es el mismo que muchísimos costarricenses utilizan para descartar sus aguas residuales; ya sea por ignorancia, por necesidad o por irresponsabilidad, y al igual que en el punto anterior, la componente socio-económica y cultural se vuelve ampliamente compleja de ser abordada por el Estado, partiendo de los antecedentes del estado paternalista costarricense y del hecho que, en la actualidad las organizaciones comunitarias y no gubernamentales no son lo suficientemente incidentes en la cultura y el desarrollo local.
De esta forma, exponiendo algunas de las que se consideran las principales causas de esta compleja situación ambiental en Costa Rica, es evidente que las dimensiones y complejidades de su multicausalidad han superado hasta la fecha todas las gestiones gubernamentales de la historia del país, dado que aunque se hayan realizado esfuerzos, no hemos conocido ninguna que haya diseñado y ejecutado una estrategia lo suficientemente impactante para esta situación, tal como se requiere.
A nivel civil, a los costarricenses nos corresponde tomar responsabilidad y acción sobre las aguas residuales que cada uno genera, así como roles comunitarios más activas con respecto al abordaje local de este conflicto ambiental. Estas dos acciones podrían contribuir ampliamente en la resolución de este conflicto tan complejo.
Entre algunas preguntas que nos pueden traer esperanza e inspiración están: ¿queremos volver a disfrutar del paisaje maravilloso que conforman nuestros ríos y quebradas limpios? ¿Queremos que regresen los peces, los cangrejos y la fauna acuática a ellos? ¿Queremos volver a ver a nuestros niños jugando en los ríos y quebradas de todo el territorio nacional, de forma segura y saludable, tal como ocurría hace algunas décadas? ¿Cómo sería Costa Rica si pudiéramos refrescarnos y disfrutar de cada cuerpo de agua que atravesamos a lo largo y ancho del territorio nacional?
Sin lugar a dudas, nuestra calidad de vida como costarricenses aumentará de forma significativa cuando emprendamos entre todos el esfuerzo por recuperar nuestras aguas vivas. Desde hoy, desde ya, emprendamos acciones concretas para sumar a este cambio.
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